Nuestro apostalo surge desde el carisma de cada una, es decir cada una puede elejir donde y como servir a Dios desde nuestra propias posibilidades.
Debido a la gran variedad y diversidad con la que puede ser vivida esta vocación esponsal, serán necesariamente muy personalizada tanto la preparación a la Consagración como el modo de vivirla “según los carismas personales”. La formación y la motivación de la candidata deben ser verificadas por el Obispo del lugar.